Mauricio, un respetado fotógrafo colombiano de Cali, era un gran fan de Helenita Vargas: La María de Los Guardias o La ronca de oro como también se conoce. Muchos artistas versionaron sus temas, como la española y simpática Massiel.
Massiel que había tenido que parar su actuación y prestar atención a la Diva y al jóven fotógrafo. Asistió inédita al hecho, solo pudo articular:
-Válgame usted señor, no voy a empezar ahora una guerra de divas. Y que listas son algunas. Que continúe la función - Para después continuar con su concierto.
Mauricio asistió como invitado a una fiesta en un famoso club de Barcelona, los asientes tomaban cócteles sentados en sillas francesas en torno a pequeñas mesas frente a un coqueto escenario, todo muy pop. De pronto la cantante Massiel empezó a cantar desde el final de la sala, para dar mas efectividad a su aparición; iba entonando los primeros versos mientras paseaba entre las mesas.
Los primeros versos de la canción Maria de los guardias llegaron a los oídos de Mauricio: saltó de su asiento, se volvió loco, efectivamente el long island iced tea estaba muy cargado. Empezó a buscar a alguien por el teatro; llego hasta una mesa en primera fila. Y entonces la estrella cinematográfica Sara Montiel, que presente en el concierto y mas lista que el hambre, se levantó de su asiento y con gran teatralidad se plantó frente al muchacho que estaba como aterrorizado y le espetó:
Los primeros versos de la canción Maria de los guardias llegaron a los oídos de Mauricio: saltó de su asiento, se volvió loco, efectivamente el long island iced tea estaba muy cargado. Empezó a buscar a alguien por el teatro; llego hasta una mesa en primera fila. Y entonces la estrella cinematográfica Sara Montiel, que presente en el concierto y mas lista que el hambre, se levantó de su asiento y con gran teatralidad se plantó frente al muchacho que estaba como aterrorizado y le espetó:
!Pero que es este escándalo! Yo se lo que le pasa a este hombre. Ven aquí. No te asustes, Helenita Vargas no está aquí; quien está cantando no es ella. Esta es la Massielona. Siéntate junto a mi. O mejor vayamos a un privado, que tendremos más intimidad. La diosa negra y oro colombiana seguro que estará encantada que yo te lo explique.
Massiel que había tenido que parar su actuación y prestar atención a la Diva y al jóven fotógrafo. Asistió inédita al hecho, solo pudo articular:
-Válgame usted señor, no voy a empezar ahora una guerra de divas. Y que listas son algunas. Que continúe la función - Para después continuar con su concierto.
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